-Bella, vamos despierta- me sorprendió la impaciencia de su voz.
Estaba aturdida, ya no sabia que era de mi, ¿Dónde estaba? Oh claro seguía en el hospital.
-¿Edward?- murmure frotándome los ojos lentamente, la blanca luz de la sala de espera me estaba cegando.
-Si, mi Bella, al fin despiertas…
Me sorprendí un poco, sentía como si no hubiera dormido nada en absoluto, como si recién acababa de cerrar los ojos, pero parecía que no había sido así, Edward estaba algo apresurado ¿Por qué Edward estaba tan impaciente?
-¿Qué pasa? ¿Es muy tarde?- dije mientras me sentaba bien en la silla, aunque a decir verdad, si por mi fuera, me pasaría el resto de mi vida recostada sobre el pecho de Edward, solo eso me bastaba para vivir.
-No, no, no- hablo rápidamente- Es que, bueno tengo un pequeño problema- dijo algo avergonzado, quizás por haberme despertado con apuro, pero ya estaba empezando a preocuparme. Si estaba tan apresurado y decía que tenía un problema ¿Qué había sucedido? … ¿Edward Cullen con un problema que no podía solucionar? Esto debía ser grave.
-¿Cuál?- lo mire preocupada y con miedo a saber de que se trataba ese “problema”, ¿Si era algo peor de lo que podía imaginar? Estaba tentada a taparme los oídos con las manos y comenzar a tararear, cual niña de diez años, para no oírlo cuando comenzó a hablar…
-Bueno, talvez estoy exagerando algo, pero momentos después de que te quedaras dormida, que fue hace aproximadamente unos 10 minutos - ¿10 minutos? ¡Lo sabia! ¡No había dormido nada! Aun tenia bastante sueño- Ian no estaba divirtiéndose mucho, a él no le fascina verte dormir, - di vuelta los ojos, mi hermano no podía mantenerse quieto un segundo, y ahora que recordaba a mi hermano ¿Por qué no estaba allí? ¿Acaso me importa? Me pregunte- y comenzó a sentirse algo hambriento, por su mente rondaban opciones de alimentos dentro del hospital, por lo que termino pidiéndome las llaves del auto al ver que nada le convencía, por supuesto se las preste- lo mire con los ojos como platos ¿ acaso había escuchado bien? - ¿Qué había de malo con un corto viaje hasta alguna cafetería cercana? – prosiguió y de pronto comenzó tornándose sombrío- Sus pensamientos se transformaron en cuanto subió a mi vehiculo, no se por que sucedió, no se si fue el tapizado, el volante, los asientos, no se, pero tu hermano se ha apropiado de mi volvo y no tenia pensado devolvérmelo por bastante tiempo - termino de hablar y vi un destello de desesperación en sus ojos de topacio, que intento ocultar al instante, nunca había visto a Edward de este modo, se me vino a la mente que seria la forma en que actuaría un padre cuando uno de sus hijos salía sin ellos por primera vez, pero ¡vamos! ¡Es solo un auto!
Es verdad amaba a su auto como a un hijo, o eso parecía, pero exageraba, no era una situación tan grave, mi hermano no iba a fugarse del país con su auto como rehén ¿Verdad?
Me invadieron unas ganas de romperle de nuevo la nariz a Ian, no era una persona violenta, no quería serlo por que no era una forma de solucionar las cosas, pero a veces, cuando de mi hermano se trataba, las cosas podían darse vuelta muy fácilmente.
-¿Quieres que lo busquemos? ¿Tienes pensado algo?- dije atropelladamente- Oh lamento haberme quedado dormida-
-No te lamentes por ello- dijo recuperando la calma, apoyo uno de sus fríos dedos en mis labios suavemente- Alice me dijo, mas bien me mostró, que todo estará bien- ¿Y ahora me lo dice?- ahora vamos, te llevare a casa, necesitas descansar un poco más-
¿Entonces por que demonios estaba tan impaciente si sabia que todo andaría bien? Gruñí de frustración en mi mente, ¿Por qué me había enamorado de este sexy vampiro bipolar? Claro, tal vez por lo de sexy.
-¿Con que auto?- indague intentando desviar de tema, aunque seguía hablando de vehículos, eso era cambiar bastante de tema, pensé sarcásticamente.
-Alice trajo el tuyo- torció el gesto- esta esperándonos abajo.
¿El mío? Estaba algo mareada, pensé en que había echo con mi monovolumen la ultima vez, claro, ahora lo recordaba lo ultimo que sucedió con mi auto era que había sido secuestrado por mi hermano ¿Me parece a mi o Ian se estaba acostumbrando a hacer eso? Alice debió haber tomado las llaves cuando estuvieron en la sala de espera antes de que nosotros llegáramos, ella ya sabía el futuro, a veces sentía como si lo tuviera todo planeado, siempre a un paso delante de todos.
Me levante de un salto dispuesta a salir de una vez por todas del hospital, me gire hacia Edward que aun seguía sentado.
-Vamos entonces, pero yo conduciré- levante un mano cuando vi que iba a protestar- no puedo permitirte conducirlo, con el estado de animo que tienes, sin ofender, pero temo por la seguridad de mi viejo vehiculo en tus manos.
-Estoy de acuerdo- acepto sonriendo, lo mire sorprendida, se levanto del asiento y me rodeo la cintura con uno de sus fuertes brazos y empezamos a caminar a la salida- conducirá Alice- sentencio y me beso en la cabeza mientras yo soltaba un bufido.
Llegamos al monovolumen, Alice al volante parecía muy concentrada en algo, porque no nos dirigió ni una mirada cuando Edward se subió al asiento del copiloto y me sentó sobre su regazo.
Arranco el auto con su rugido característico en el instante en que cerramos la puerta, Alice tenía la mirada fija en el camino, como si pudiera ver algo que yo no podía…
Uno o dos minutos más tarde no podía soportar el silencio y la expresión de esa vampira ya empezaba a molestarme y yo no era la única molesta.
- Alice ¿Es un intento de evitarme o realmente estas demente? – le pregunto Edward irritado y yo lo mire sin comprender, elevando mis cejas.
-Mi hermana no para de mantener su mente ocupada con los distintos lugares en que puede llevarte de compras, ordenados alfabéticamente y por parte del mundo- me explico y yo mire a Alice aterrada ¡Que sea un intento de evitar a Edward! ¡Que sea un intento de evitarle! , Por favor que Alice no este tan demente como para pensar en arrastrarme por el mundo de compras, rogué en mi fuero interno.
Alice, cual niña pequeña, solo le saco la lengua a su hermano y siguió con la mirada perdida en la carretera mientras conducía.
Al poco tiempo llegamos a casa de Charlie, mi casa, Alice se estaciono en la calzada y sin más, salio del auto y como una estrella fugaz se perdió entre los árboles del bosque de enfrente.
Me quede atónita hasta que Edward me urgió que bajara, parecía que la impaciencia volvía estar presente en mi sexy vampiro bipolar.
En cuanto abrí la puerta del monovolumen, no llegue a bajarme del auto, porque reconocí un hermoso y flamante volvo plateado doblando y deteniéndose en la esquina, a Edward se le escapo un leve y casi imperceptible gruñido cuando el volvo daba marcha atrás y se iba por donde había venido.
Al parecer mi hermano no esperaba vernos en casa tan temprano y si no hubiera sido por la extraña Alice que tenia todo preparado, quizás aun estaríamos en el hospital.
-¿Lo quieres seguir?-dije sabiendo que le tentaba bastante esa idea de la persecución por su amado volvo.
-No creo que deba preocuparme- dijo fingiendo un tono calmado que ni el se creyó y lo mire enarcando una ceja.
-Además- agrego- aunque quisiera no podría seguirlos con tu auto, tardaría mas de lo que ellos en volver, sin ofender- añadió mirándome ami y luego al auto donde aun nos encontrábamos.
-No es ofensa- aclare- mi auto será… espera ¿Dijiste ellos?- pregunte estudiando sus palabras.
-si, Ian y Cloe ¿no los viste?- su voz se lleno de incredulidad.
-Discúlpame por mis débiles sentidos humanos, pero no pude ver através de los vidrios polarizados… pero ¿Qué hacia Ian con Cloe?- La pregunta correcta seria ¿Qué hacia Cloe con Ian? Después de todo ella ya debería estar al tanto del “juego” de mi hermano, ahora yo estaba tentada, pero para tener a Ian enfrente y decirle ¡Te lo dije!
-Tu hermano pretende arreglar las cosas, Cloe se entero de que Ian tenia amoríos con quien sea y que no eran solo “salidas” como el le quiso explicar en un principio, si no que todas sus citas estaban por el camino del noviazgo, además de que una de ellas es la mejor amiga de Cloe, Zoe; Ian quiere intentar convencerla de que Zoe es solo una amiga con la que salieron una vez y que Jessica lo había invitado a salir y no se negó solo por cortesía, y que otras de las chicas con las que se vio - ¿Había mas? ¿Cómo podía haber más? Solo llego hace menos de dos días- solo fue para conversar, hacer amistades, etc., algunas cosas mas piensa en decir, pero por otra parte, Cloe no quiere sentirse mal, pero no puede evitarlo porque Zoe es su amiga y que Ian las haya engañado a las dos le molesta bastante- pronuncio Edward como si leyera el libreto de una telenovela- Pero no puedo decirte mas, no seria correcto, ya que son problemas personales- ¡Pero si ya me lo había dicho todo! Estuve apunto de soltar una carcajada, al parecer el hecho de haber perdido su auto por unos momentos le afectaba algo a su buena lógica, Edward Cullen no paraba de sorprenderme, al menos ahora conocía cual era su punto débil.
-Mi hermano y sus problemas amorosos- suspire- creo que muy a tu pesar, tendrás que darles privacidad y soportar que tu precioso volvo este en manos del malvado rompecorazones que es Ian.
Edward frunció los labios pensativo o al menos fingía pensarlo, mientras yo me percataba de la cercanía de nuestro rostros ya que aun seguía en su regazo dentro del auto, y comenzaba a desvariar, era increíble que cada vez que estábamos cerca mi corazón se desbocara, pero al menos ahora no estaba tan descontrolado.
Segundos después Edward me dedico una sonrisa dándome a entender que se había “rendido” por así decirlo y me ayudo a bajar del auto mientras el también lo hacia.
Entramos en la casa a prisa, Edward escucho sonar el teléfono y tuve que correr, cuando atendí ¿Quién llamaba? El jefe de policía Swan que como siempre se enteraba de todo, en un pueblo tan pequeño, era muy difícil ocultar algo y por más de que haya sido una pequeña pelea en el instituto el rumor había recorrido todo Forks.
Tuve que asegurarle a Charlie unas 500 veces que su amado hijo estaba en perfectas condiciones, pero logro tranquilizarse cuando le informe que Ian estaba tan bien que incluso había salido con una “amiga” a pasear, aunque eso no era del todo verdad, pero solo entonces permitió que cortara la llamada de una vez por todas, incluso le hice prometer que no volvería a llamar, al menos por hoy.
Estaba feliz, al fin podía tener unos momentos en paz, con Edward a mi lado y con mi hermano lejos de mí, ahora podría descansar después de un día de tanta tensión.
Faltaba un día mas y luego vendría el fin de semana, pensar que el fin de semana pasado había sido maravilloso, el día del prado, me quede soñando unos momentos en ese día, después de eso el, Edward, mi novio, me había presentado a su familia y yo lo había presentado a Charlie, desde el fin de semana pasado éramos novios, todo perfecto, solo tenia que empezar la semana y arruinarse con la llegada de Ian, al parecer empezaría a creer que todo lo bueno tiene algo malo y todo lo malo tiene algo bueno y que no había forma de evitarlo…
Edward, siempre tan considerado con mis necesidades humanas me ofreció prepararme algo para comer mientras yo me daba una ducha para relajarme, no sabia si Edward era capaz de cocinar, ya que el no comía, pero eso lo averiguaría tarde o temprano.
Me tome bastante tiempo duchándome y baje para encontrarme con un plato lleno de comida, que no tuve tiempo a descifrar de que se trataba por que me moría de hambre y lo único que pude notar era que todo estaba delicioso y Edward no me dejo moverme de mi asiento hasta que terminara hasta el último bocado.
Estaba lavando los platos cuando, para mi mala suerte, habiendo pasado unas horas sin poder siquiera tener una buena conversación con Edward, este me informa que Ian estaba doblando en la esquina.
Maldiciendo por dentro fui hasta la puerta dispuesta a enfrentarme a Ian, recriminarle el robo del auto de Edward y desahogarme al menos.
Estaba en la puerta apunto de salir, cuando puse mi mano en el picaporte, la pétrea mano de Edward me detuvo y me alejo de allí, quise protestar pero unos gritos que provenían de afuera acallaron mi voz.
18 de marzo de 2010
Atrápame si puedes
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