Mis ojos continuaban cerrados, y sinceramente no tenia ninguna intención en abrirlos, estaba recordando los últimos momentos de mi sueño, que fueron como una reproducción de lo sucedido la noche anterior, cuando Edward y yo hicimos las pases y antes de que Ian entrara, pero ya no podía dormir más, debía despertarme; Sentí mi parpados abrirse lentamente, había demasiada claridad en mi habitación, pero aun así podía notarse que el verde de Forks cubierto por una extensa y leve capa de nubes grises. Mi cabeza se hallaba recostada sobre una muy calida superficie, al instante recordé que Ian había insistido en dormir en mi cama la noche anterior, estaba recortada sobre su pecho, levante rápidamente la vista, y me encontré con una muy perturbadora mirada, los ojos esmeralda de Ian en mi, completamente abiertos. Antes de que pudiera formular alguna pregunta, el quito mi cabeza de su hombro, mientras aun seguía viéndome turbiamente. No entendía el por que Ian estaba mirándome así, llegue a pensar que tenía un enorme insecto en la cara, pero antes de que intentara preguntarle el salio rápidamente de mi habitación, gritándome desde afuera:
-¡No te vuelvas a dormir!-
¿Que? me pregunte a mi misma, ¿Porque decía eso? Fruncí el ceño mientras me levantaba de mi cama y recorría mi habitación para prepararme para un nuevo día, tome un baño, me vestí y estuve lista rápidamente, lo que no me daba mucho por lo que alegrarme, porque no tenia nada que hacer, me senté en mi cama y escuche un ruido que hizo que sonriera, mi ventana se abría, gire mi mirada y lo vi de nuevo, en un impulso corrí a sus brazos y lo abrace con fuerza, el se tenso al principio, como a veces solía pasar cuando yo hacia algo sorpresivo pero luego me devolvió el abrazo envolviéndome entre sus brazos.
Y así estuvimos varios minutos, uno en los brazos del otro; embriagándome con su esencia. Edward me tomo por los hombros repentinamente, poniéndome frente a el, que llevaba una gran sonrisa perfecta en su hermoso rostro. Me preguntaba porque sonreiría de esa manera. Parecía demasiado feliz, hoy todos estaban un poco raros ¿O yo estaba mal?
-¿Tienes planes para hoy hermosa?- Me pregunto Edward y yo lo mire sorprendida por el nuevo adjetivo que uso para mi, sentí como me sonrojaba un poco y negué con la cabeza-Siendo así, pensé que podrías salir conmigo hoy, ya que es sábado…- Me propuso.
-No hay problema en ello solo... - dije mientras mi voz iba a pagándose, ahora lo que pasaba es que a Ian no le agradaría la idea como ami, después de lo que paso anoche, estaba segura de que si Ian veía a Edward, intentaría cometer un crimen… pero después de todo era mi vida y yo quería salir con Edward, no podía restringirme solo por miedo a como mi hermano podía reaccionar.
Levante mi vista encontrándome con el profundo oro liquido de los ojos de Edward, que me miraban con el seño fruncido, me reí internamente, sabia cuanto le frustraba no poder leer mi mente en estos momentos y pensé en un pequeño detalle.
-¿Saliste de caza?- pregunte de repente reflejando la sorpresa en sus ojos y al instante soltó una carcajada.
-Siempre me sorprendes Bella- Suspiro para controlarse- Y si, lo hice, necesitaba estar bien si pensaba estar contigo sin separarme ni un segundo al menos por estos días- murmuro, parecía algo avergonzado y me acerque a el nuevamente para abrazarlo.
-Me parece un plan perfecto- Dije con mi voz amortiguada por su pecho- y ¿A donde vamos hoy?
-Lo he pensado durante un tiempo... Alice me dijo hace unos días que hoy abra una gran tormenta y pensaba que quizás querrías ir a jugar al béisbol con mi familia- me contó confundiéndome con todo, me separe para verlo a los ojos.
-¿Que tiene que ver la tormenta? ¿Béisbol? ¿Los vampiros juegan béisbol? ¿Ira toda tu familia?- Pregunte trabándome en algunas partes.
-Solo podemos jugar cuando hay tormentas eléctricas, luego veras porque si es que vienes y es un gran entretenimiento en verdad y toda mi familia ira... Puedes negarte si quieres, buscaremos otra cosa para hacer-
-No, me parece genial, después de todo no es que hoy hiciera la gran cosa, es solo que me pareció extraño, nunca hubiera pensado que a los vampiros le gustaba el béisbol -Dije tan rápidamente que apenes logre escuchar con claridad cada palabra- Igual yo solo mirare ¿Verdad?- Esperaba que el supiera que deportes y yo no podíamos estar juntos ni en una misma oración y por suerte asintió con una sonrisa en sus labios, sonreí también- Entonces ¿Nos vamos ya?-
-Preferiría de tu comieras algo primero, es un viaje largo y necesitas alimentarte-
-Pero...- me detuve cuando vi su pose decidida y suspire rendida, no tenía ganas de perder tiempo, después de todo, tenia algo de hambre - ¿Me esperas aquí? ¿O pasaras a buscarme por mi puerta al estilo humano?- pregunte esperando que dijera que me esperaría aquí, no quería que Ian lo viera.
-Creo que tocare la puerta en cuanto estés lista, pondré mi estilo humano en practica- Guiño un ojo y yo hice una mueca que lo hizo sonreír y prosiguió- No creo que tu hermano este muy concentrado como para atacarme Bella...-
-¿Porque lo dices?- pregunte- ¿Te refieres a su extraña actitud?
-¿Lo notaste?-
-Si, claro que lo note ¿Que le sucede?- pregunte curiosa.
-Veras tu soñaste conmigo ¿verdad?- Me dijo con una sonrisa picara, ¿Como lo sabia? Note como mis mejillas ardieron ¿Que tenia que ver con la extraña actitud de Ian? Ni que el leyera la mente, ni que hubiera una forma de que el se enterara de lo que soñaba... Espera...
-¡NOOO!- dije con voz ahogada y me tape la cara con las manos sentí como mi piel cambiaba de tonos de rojo, seguramente ahora estaba en un tono muy oscuro- Edward dime por favor que no es cierto-
-Lo siento Bella- Dijo y vi una pequeña sonrisa cuando espíe entre mis dedos- Hablaste mucho mientras dormías-
-¿Que fue exactamente lo que dije?-Pregunte a Edward desesperada, quite las manos de mi cara y lo mire suplicante, Ian no puedo haber escuchado nada, mi sueño no había sido la gran cosa, pero, bueno, si se escuchaba lo que decía, talvez se podía malinterpretar las cosas ¿Como iba a mirar a Ian a la cara después de esto?
Hundí mi rostro en la camiseta gris topo de Edward, mientras él reía por lo bajo. Esto no podía ser más vergonzoso. Ian me había escuchado decir quien sabe que cosa acerca de Edward, definitivamente ya no podría verlo más a la cara.
-No importa, tú solo ve a desayunar, necesitas comer algo, nos veremos en un rato- Dijo empujándome suavemente fuera de mi habitación- Y... saluda a tu hermano por mi- murmuro solo para mi en un tono seductor, provocando que me enrojeciera aun mas y soltó una carcajada antes de cerrar la puerta de mi habitación enfrente de mis narices.
Me quede unos segundos de pie, esperando a que mágicamente todo esto fuera un sueño, pero no lograba despertar, respire un par de veces y cual rayo baje las escaleras directo a hacia la cocina deseando no caer en ninguna parte del camino.
No había ruido alguno, claro, sin contar el constante murmullo proveniente de la televisión encendida.
Me encontraba ya en la cocina, cruce todo el camino sin alejar mi vista de la meta, por lo que no supe si Ian o Charlie estaban por allí, ya que no me detuve a mirar.
Abrí el refrigerador sacando todo lo que iba a necesitar para el desayuno, sabia perfectamente que debía hacerle el desayuno a Ian y Charlie, ambos tenían el mismo apetito. Encendí la estufa, y coloque un sartén en ella, voltee rápidamente para ya poner la mesa cuando una voz me alejo de mis pensamientos...
-Bella- murmuro Ian y no pude mirarlo a los ojos agache la mirada mientras me dirigía a buscar los platos y cubiertos- No pongas nada para Charlie el se fue a trabajar ya- Levante la mirada para dirigirla a sus ojos, aun seguían perturbados y su expresión era seria, me miraba incomodo y corrió sus ojos de los míos- Avísame cuando este todo listo- Se dio vuelta y se dirigió a ver la televisión seguramente. Suspire, en una situación normal lo hubiera obligado a ayudarme en vez de tratarme como a su sirvienta, pero ahora, prefería no tener mucho contacto con el por sea lo que sea que haya dicho.
Trate de hacer todo lo mas rápido posible, no quería pasar con Ian demasiado tiempo, todo era muy incomodo; No tarde demasiado, el que Charlie no estuviera me había facilitado las cosas. Me aproxime a la sala, donde Ian estaba mirando la televisión, si es que así se podría decirlo por que en realidad su rostro permanecía serio con su mirada perdida en algún lugar de la pantalla. Separe mis labios, abriendo mi boca para avisarle que ya el desayuno estaba listo, cuando sus ojos perturbados se encontraron con los míos impidiéndome hablar.
-Voy enseguida- dijo en un tono cortante y automático que jamás había escuchado en él.
Lo observe levantarse del sofá y dirigirse hacia mi, era como si fuera una especie de robot o algo así, como si estuviera en shock, lo que me recordó ami en los últimos días.
Oh, ¡No! ¿Que rayos había dicho? La incertidumbre estaba matándome, pero la verdad no quería saberlo, no iba a dejar que Ian me lo dijera, pero la curiosidad era demasiada, iba a tener que aprender a cerrar la boca antes de terminar preguntándole.
Ian paso por mi lado y escuche como corrió la silla de la mesa de la cocina para sentarse, me quede congelada por un segundo, sabia que mi rostro se había enrojecido y no quería que el supiera que yo sabia que me había escuchado, porque al menos así, podía actuar normal... Aunque no sabía si lograría hacerlo.
Di la vuelta y entre en la cocina sin mirarlo, tome la comida para servirla en los platos el me paso el suyo y le serví su porción para luego dejarla frente a él.
-Gracias- murmuro mirando su plato, tomo el tenedor y empezó a revolver la comida.
Me serví una porción para mí y me senté frente a mi hermano dejando el plato delante de mí, lo mire como comía lentamente, pero yo no podía probar bocado.
-Me pasas la leche- Pregunto casi en un murmullo aun sin quitar la vista se su plato.
-Claro...-Dije y me puse de pie para ir hacia la nevera. Abrí la puerta del refrigerador y agarre el envase de leche para llevarlo hasta la mesa y depositándolo junto a su plato; Había un silencio ensordecedor, solo podía sentirse la tensión en el ambiente y tuve que decir algo en el momento que el sostuvo el envase de leche para servírsela en su vaso
-Así que... ¿Dormiste bien anoche?- dije sin pensar, al instante pude notar como Ian abría sus ojos sobresaltado ante mi pregunto, logrando que la leche se derramara por todo su plato. ¡Genial! ¡No podía ser más tonta! Solo ami se me ocurrían decir esa clase de cosas.
-¡Oh! Deja, yo lo limpio- Dije mientras el se paraba por que la leche derramaba iba haciendo un camino hasta caer por la mesa justo donde estaba su silla.
Gire y tome un trapo y seque la mesa, pude ver que ya había llegado al piso también, así que me arrodille para secarlo.
-Rayos, ahora tendré que cambiarme de remera- Se quejo Ian y dirigí mi mirada hacia el, vi que su camisa estaba algo mojada, me levante y instantáneamente tome su remera y tire de ella en un ademán para que se la sacara.
-Quítatela, la pondré a lavar y te traeré una- Le dije.
-Córrete, puedo sacármela yo solito, quizás otras personas necesiten tú ayuda para eso- vi como un escalofrío recorrió su cuerpo- Pero esto yo lo puedo hacer solo- Me miro con los ojos muy abiertos y se alejo de mi para salir de la habitación.
¿Que quería decir con que "quizás otras personas..."? ¿Acaso dije "Edward quítate la camisa" en mis sueños? Oh, por favor no.
Esto no podía estar pasando... ¿Por que demonios tenia que hablar entre sueños? Limpie todo rápidamente, me acerque al lavabo para comenzar a fregar los platos cuando alguien llamo a la puerta. ¡Edward! Lo regañe internamente, al parecer le encantaba llegar en los momentos más inoportunos.
Apague el grifo del agua me seque las manos y me apresure dirigiéndome hacia la puerta para abrirla, cuando de pronto escuche a esta abrirse antes de que yo llegara. Fui velozmente hacia a ella, esperándome lo peor de parte de Ian, el de seguro estaría furioso con Edward; pero al llegar a ella un muy perfecto y sereno Ian estaba en su entrada, con Edward a su lado y sin remera, eso me desconcertó algo, pero intente no reírme ¿Por qué iba a reírme? Comenzaba a enloquecer.
Corrí mi vista a Edward que encontró sus ojos con los míos, lanzándome una sonrisa y acercándose a mi, mientras Ian aun seguía parado a un lado de la puerta sin camisa ni nada, al parecer no tenia intenciones de moverse y su expresión serenidad empezó a flaquear de un momento a otro.
-Hola Bella- Me saludo Edward dulcemente, colocándose a mi lado- ¿Salimos ya?
-¿A donde van a ir?- pregunto Ian “tranquilamente”.
-Iremos a jugar béisbol Ian- le conté mientras pensaba si debería llevar algo.
-Pero ¿Donde?- insistió.
-Iremos a un claro con mi familia- Le contesto Edward.
-Creo que no lo han entendido, quiero saber su ubicación exacta si es posible Edward- Explico algo cortante y note que su intento de paz estaba siendo derrotado por la ira, así que mire a Edward con una mirada suplicante, era mejor que le digiera donde era.
-Voy a buscar unas cosas Edward, dile donde queda así podemos irnos- Le pedí y el asintió dirigiéndose hacia Ian mientras yo caminaba a las escaleras, comencé a subirlas y escuche a Edward decir:
-¿Tienes un mapa Ian?- ¿Donde quería llevarme?
Subí las escaleras y entre a mi habitación agarre mi chaqueta, dinero -Que obviamente el caballeroso de Edward Cullen no me dejaría gastar- y mis llaves. Baje las escaleras encontrándome con la misma escena que había dejado, solo que esta vez Ian miraba confundido un mapa en sus manos, y Edward sonriéndome dulcemente...
-Vámonos -Dije tratando se sonar casual, pero cualquiera apostaría que mas una orden era una suplica.
Salimos de la casa y camine frente a Edward hasta estar lo suficientemente cerca del volvo, voltee rápidamente pudiendo ver a Ian recostado sobre el umbral de la puerta mirándonos con los ojos entrecerrados a ambos
-¡Ian!- lo llame tratando de captar su atención y moví mi mano, logrando que esta vez me mirara solo a mi-Dile a Charlie que no llegare muy tarde, estaré aquí para la cena… Adiós-
-No te preocupes Bella, no llegaras tarde, si no me ocupare personalmente de ir a buscarte- Me advirtió Ian formando una sonrisa falsa en sus labios me saludo con la mano y yo parpadee varias veces y me di vuelta para subir al volvo.
Mire a Edward ya dentro del auto.
-¿Qué quiso decir con eso?- pregunte algo aturdida.
-Que aprenderá a leer mapas- murmuro Edward y el volvo arranco a toda velocidad Edward tomo el volante firmemente entre sus manos y vi como Ian y su maléfica sonrisa desaparecían a la distancia…
10 de junio de 2010
Inoportunos
Creado por Frutti..~ en 11:04 p. m.
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