Camine hacia la puerta de la casa a paso lento, este día se estaba volviendo largo y aun no terminaba ¿Cómo podían pasar tantas cosas en un solo día?
Al entrar pude observar a Ian recostado sobre el sofá que le había comprado Charlie para su estadía, estaba mirando la televisión, algún partido o algo de ese estilo, con una expresión seria que jamás había visto en el y que me importo en lo mas mínimo.
Me dirigí hacia el televisor y desconecte el cable del enchufe provocando que esta se apagara al instante.
-¡¡Oye!! Estaba viendo eso -Me gruño con una mirada amenazante.
-Cuanto lo siento –dije sarcástica- pero tenemos que hablar...-
-Escucha- me interrumpió- si es por lo del volvo yo...-
-¡¡No!!- lo interrumpí yo esta vez- Tu escucha ¿Como se te ocurra robarle el auto a mi novio?-
-¿Novio?... Así que lo admites- comento elevando sus cejas ¿Fingía ser idiota o realmente lo era?
-Pero ya te lo había dicho-
-Ese no es el punto... la cosa es que ya le devolví su preciado auto a tu "noviecito"-dio vuelta los ojos.
-¿Quieres ir al punto? ¡De acuerdo, vamos al punto! ¡Cloe!- exclame.
-¡Ese no es tu punto! ¡Es el mío!- me advirtió, señalándome con un dedo y entrecerrando los ojos.
-¿Seguro? Por que tu punto acaba de traspasar esa puerta al borde del llanto, destruida- esta bien se que Cloe ni lloraba pero era necesario que Ian se sintiera mal, se lo debía al mundo- todo por tu culpa y porque ni siquiera quisiste llevarla a su casa, así que mi punto, digo Edward, tuvo que llevarla-
-Dile a tu punto que estas cosas son entre mi punto y yo y que ¡ni a el, ni a ti, ni a nadie les incumbe!- sentencio.
-Más te vale que arregles las cosas Ian, tu punto me cae bien y también tus otros puntos, aunque solo en total conocí a tres, se podría decir que son los “puntos suspensivos”- divague sin darme cuenta y ya estaba algo mareada de tantos puntos, ¿Puntos suspensivos? ¡¿Pero que tengo en la cabeza?!
-Dejémonos de puntos ¿quieres?- suspiro claramente cansado.
-Si, pero, en fin, arregla las cosas, no quiero volver al hospital solo porque Mike o cualquier otro te golpee…- en ese momento se me vino a la cabeza si Zoe tenia algún hermano que quisiera matar al mío, decidí averiguarlo mas tarde.
-Vale… y hablando de Newton ¿Por qué no sales con el?- ¿me había preguntado si fingía ser idiota? Definitivamente lo era.
-¿Estas loco? Mike ¿En serio? ¡Que asco!- arrugue la nariz de solo pensarlo.
-Pero ¿Por qué no sales con Mike?… Ya sabes, es un gran partido, tiene… viste… como, bueno, no se, si ami me gustaran los hombres el seria el primero en mi lista- Me reí sin quererlo ante su comentario.
-No, si tuvieras a Edward al lado- comente.
-Y hablando de eso, Edwin… no será gay ¿verdad? Por que siempre tiene el pelo tan peinado y todo eso…
-Creo que ni se lo peina- suspire ¿Cómo era que lo tenia tan bien?
-Oh, así que no niegas la cuestión-
-¿Estas delirando o que? Edward. No. Es. Gay.- dije lentamente y haciendo de cada palabra una oración.
-Así que lo sabes ¿eh? -frunció el ceño- Edward y tú ya… Oh, ¿mi hermanita no es virgen?-
- ¡Ian! Yo, no, Umm…- me tranquilice- no voy a hablar de eso contigo-
-Pero Bella, somos hermanos, tendríamos que compartir todo…
-Ah, claro... ¿Tú me contarías de tus experiencias sexuales?- me miro divertido.
- Bueno veras esta cuan…
- No, no, no... No quiero saberlo- le rogué.
-Bueno si no quieres- dio vuelta los ojos- otra pregunta ¿Has salido a solas con Edward?
-Yo…-
-¿Cuál es tu color favorito?- me interrumpió.
-Dorado… Pero ¿Para que quieres saber…
-¿Cuáles son los colores de la bandera de Canadá? ¿Tuviste sexo con Cullen?-
-¡Ian! Yo… Umm… - me ruborice completamente, raro que no lo había echo antes cuando me pregunto sobre mi virginidad- Deja ya ese tema.
-Esta bien, entonces volvamos al otro tema ¿Newton te parece sexy, Bella?-
-No, bueno puede que en un principio, no, no, Umm… yo no, es que…
-¡Bella! ¡Estas dudando!- exclamo- ¡Bella esta dudando! ¡Bella esta dudando!- Canto haciendo que me irrite.
-Cállate Ian-
En ese momento alguien llamo a la puerta, me sentí como si me hubiera salvado la campana y lo mejor, ya sabia de quien se trataba, de mi Edward Cullen favorito ¡Como si pudiera existir más de uno!
-Hermanita, creo que tu punto, toca la puerta- dijo Ian en tono burlón.
Tragándome la tentación de sacarle la lengua como una niña pequeña, fui hacia la puerta caminando con paso airado, le abrí a Edward y lo hice pasar, mire hacia fuera y note que aun no estábamos tan próximos al crepúsculo, por un momento pensé que ya era plena noche, suspire, volvimos a donde antes estaba parada y vi como Ian se incorporaba del sillón donde aun seguía sentado.
-Hablaremos del tema “Newton” mas tarde, cuando tu punto no este presente. Con su permiso… Isabella, Edward- dijo nuestros nombres, hizo una reverencia y se marcho a la cocina.
-Adiós Ian- se despidió Edward haciendo una mueca y se acerco a mi- ¿Vamos Bella?
-¿A dónde? – le pregunte confundida.
- Pensé que quizás quisieras pasar unos momentos por mi casa- dijo sonriendo dulcemente.
-Depende- hice una pausa y me acerque mas a el hasta que casi nos rozábamos- ¿Superaste lo de tu auto? –
-No, pensé que tú podrías ayudarme- dijo mi sexy vampiro mientras me tomaba por la cintura apretándome con fuerza contra su helado cuerpo, provocando las reacciones de siempre del mío, un corazón desbocado, sonrojo en mis mejillas, perdida de conciencia, etc. - Pero tengo muchas ideas para ello.
Me ruborice mas aun, mi corazón latía desaforado intentando salir de mi pecho, intente no reírme de lo absurdo de mi descontrol, mientras Edward me dedicaba mi sonrisa favorita.
Salimos rápidamente de la casa y nos subimos al flamante y “arruinado” volvo plateado, con destino a la casa Cullen.
No tardamos mucho en llegar la conducción de Edward, como siempre, nos había ahorrado bastante tiempo.
Edward se bajo del auto a la velocidad de un rayo y me tomo entre sus brazos, en un abrir y cerrar de ojos, pude notar, que me encontraba junto al piano sentada en su regazo, contemplando su hermoso rostro mientras sus fríos brazos rodeaban mi cintura.
-¿Tocarías algo para mi?- dije ilusionada, adoraba verlo tocar. Me sonrío.
-¿Qué quieres que toque?- Pronuncio su voz aterciopelada, lanzándome una ardiente mirada y una suave sonrisa. Comencé a sospechar que quería provocarme un ataque al corazón o algo así y en realidad no podía creer que no me hubiera pasado algo como eso, con la forma que mi corazón se descontrolaba cada vez que lo veía, era muy raro.
-Sorpréndeme- pronuncie por lo bajo, me lanzo una sonrisa seductora y me apretó mas contra su pecho, una suave melodía empezó a escucharse de fondo, la reconocí al instante, mi nana. Pero aun así no miraba sus manos recorrer las teclas del piano, miraba sus ojos dorados, que tampoco se concentraba en tocar bien las notas, aunque las tocara perfectamente, solo me miraban a mi.
Dejo de tocar unos momentos y volvió a lanzarme otra sonrisa seductora. En vuelta en sus brazos, apretada contra su pecho y viendo de cerca su sonrisa y sus ojos hipnotizadores no hacían nada bien a mi salud, definitivamente intentaba matarme.
Cuando estaba apunto de rozar sus labios con los míos, escuche como una aguda voz gritaba mi nombre.
-¡¡Bella!!- exclamo Alice animadamente mientras bajaba las escaleras.
-Alice- bufo Edward molesto.
-Uh… lo siento ¿Interrumpo algo?- dijo fingiendo inocencia.
-Alice…- replico Edward.
-Lo siento Eddie, pero necesito a Bella urgente, así que bésala de una ves que tenemos prisa- dijo mientras daba golpes al piso con su zapato en un gesto de impaciencia.
Me ruborice completamente cuando Edward frente a su hermana tomo mi rostro entre sus manos y me beso apasionadamente.
Era todo un genio, sabia que yo me avergonzaría por la presencia de su hermana y no me descontrolaría, así que lo aprovecho para besarme sin miedo a que yo sobrepasara los limites, pero sin cuidado de que el que los sobrepase fuera el.
Sentí una helada mano apresar mi brazo alejándome de Edward con mi rostro completamente rojo, Alice me arrastro por el vestíbulo y luego nos dirigimos al BMW que era tan rojo como el tono de mi piel ahora, por suerte, ya pasaría.
Me subí al asiento del copiloto y dejamos atrás la casa de los Cullen a toda velocidad, que claro, no podía ser de otra forma, era un Cullen.
Al poco tiempo llegamos al centro comercial y podía decir, sin conocerla mucho, que Alice estaba más eufórica, más de lo “normal”.
Pasados aproximadamente 45 minutos después de nuestra llegada, Alice había vaciado prácticamente todas las tiendas, era asombroso y perturbador al mismo tiempo, aunque tenia que admitirlo, era buena en esto de las compras.
Me senté unos segundos en una de las bancas del centro comercial, mientras posaba las cientos de bolsas que habíamos adquirido en el suelo, me dolían los brazos de cargar tantas bolsas, y eso que Alice tenia la mayoría de ellas y otra gran parte de las cosas pidió que las envíen a domicilio, aun así mis brazos estaban exhaustos, deseaba que hubiera obligado a Jasper venir en vez de ami, pero claro, a mi era a la que le faltaba un cambio de guardarropas, según Alice y hablando de ella ¿Dónde se había metido?
- Bella, siento la tardanza, aquí tienes- dijo entregándome un cono de helado que había comprado para mi.
-Gracias Alice, no te tendrías que haber molestado- le dije mientras ella daba vuelta los ojos, había estado todo este tiempo rogándome que dejara que me comprara cosas sin interponerme o decirle que se lo devolvería o que agradecía demasiado… Pero si yo era tan molesta con lo referido a las compras ¿Por qué me obligo a venir? ¿Por qué no trajo a Jasper?
Era raro y ¿Jasper? No lo había visto desde que me desmaye en el hospital y siempre estaba junto a Alice…
-Si lo se… Alice no deberías, Bla, bla, bla- dijo en tono burlón imitándome- Ahora vamos al punto.
-¿Al punto?- pregunte ¿Acaso me había perdido de algo? ¡Oh no! ¡Los puntos estaban persiguiéndome!
-Si, mira, Jazz le va a hacer una pequeña broma a Edward, solo que el, por lo que vi, pensara que fue Ian, aunque la verdad no tiene sentido- dijo divertida- y eso hará, bueno por como lo vi, esto prepara… digamos el plato fuerte del plan…- decía Alice al parecer sin encontrar las palabras exactas.
-Pero…
-No te preocupes por Ian no le pasara absolutamente nada… físicamente, te doy mi palabra.
-Confío en ti Alice pero ¿De que se trata esa “pequeña broma”?- pregunte con curiosidad.
-Le dará donde mas le duele- dijo en forma siniestra y estuvo a punto de caerse de mi mano el cono de helado, que aun ni había probado y comenzaba a derretirse.
-El volvo…- susurre al instante- ¡Oh no!
-¡Oh si!- dijo riendo.
Termine mi helado a prisa, para luego ponernos a cargar todas las bolsas que llevábamos, en el BMW y nos subimos para ponernos en marcha, los nervios se apoderaban de mi al imaginar la magnitud de la broma de Jasper.
Llegamos a la casa de los Cullen demasiado rápido, Alice conducía mas deprisa que de costumbre y cuando pude divisar la fachada de la casa Cullen a la luz de la casi completa noche, también pude ver otra cosa, el volvo de Edward, solo que ahora… Era diferente…
1 de abril de 2010
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Creado por Frutti..~ en 2:18 a. m.
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