En el trayecto la lluvia se hizo presente, no sabia como Edward era capaz de conducir entre las penumbras y el diluvio pero logramos llegar hasta su hogar e intercambiamos su auto por el imponente Jeep de Emmett. Me explico que esto era por la dificultad del terreno que teníamos que transitar y su vehículo no era apropiado para viajar por allí. Me pregunte porque no había ido a buscarme directamente con el Jeep, pero sospeche que tal vez el pensaba que no aceptaría ir, dado a los últimos acontecimientos que vivimos.
Entre la lluvia nos adentramos en una carretera de tierra, muy irregular, ya montados en el Jeep; debido a la irregularidad del camino, iba saltando en mi asiento constantemente, por lo que Edward y yo no conversamos demasiado, solo le pregunte si serian capaz de jugar al béisbol con esa clase de tormenta y me contesto que no llovería cuando lleguemos, solo estarían los indispensables truenos, según había predicho Alice; y al parecer no estaba equivocada poco a poco la imponente tormenta se fue apaciguando, convirtiéndose en una llovizna suave y dejando escapar en ocasiones el turquesa del cielo entre las nubes.
Anduvimos por esa carretera un tiempo mas, hasta que se termino el camino, que fue tapado por una muralla de grandes pinos.
-Lo siento Bella, pero desde aquí, tendremos que ir a pie- se disculpo sin sentirlo en verdad, por que conservaba una hermosa sonrisa en sus labios desde hace un buen tiempo.
Recordé por un momento lo que era viajar sobre la espalda de Edward a la velocidad de la luz y toda mi valentía huyo por la ventana del auto.
- Bueno, nos vemos al rato- le salude y me acomode en el asiento, tal vez no se refería a viajar en su espalda, pero tampoco era buena idea para alguien como yo, adentrarse en un largo camino por el bosque lleno de enormes y frustrantes obstáculos.
Antes de darme en cuenta, se aproximo a mí, desabrocho el cinturón de seguridad y me bajo del Jeep. Algo desorientada acomode mis pies en el suelo y parpadee varias veces, pude notar que ya no caía una gota del cielo, a pesar de que las nubes seguían encerrando al sol y que se oían impactantes truenos, al parecer, Alice nunca se equivocaba.
- No te harás la difícil ahora ¿verdad?- pregunto Edward enarcando una de sus cejas.
- No es hacerme la difícil Edward, por que no es difícil, no viajare a la velocidad de la luz otra vez, me gusta la velocidad normal, no he olvidado la ultima vez- Recordé y me dieron nauseas, había sido hace ya un tiempo, pero aun recordaba perfectamente la sensación de vértigo que sentí y no estaba dispuesta a repetirla.
Edward se acerco ami, me acorralo, situando sus manos a ambos lados de mi cuerpo y mi espalda quedo contra la puerta del Jeep, esto me traía un no muy grato recuerdo, sabia perfectamente lo que pretendía hacer, manipularme.
-¿No confías en mi Bella?- susurro poniendo a trabajar a sus encantos, sus ojos sobre los míos, su aroma celestial y su profunda voz, ¿Cómo era que, a pesar de saber lo que tramaba, estaba cayendo en su trampa tan fácilmente?
-La ultima vez que me preguntaste eso, no la pase muy bien- Dije logrando que bajara su mirada apenado, ahora se sentía culpable por intentar manipularme nuevamente, un punto para Bella.
-Lo siento, pero ¿A que le temes? – Suspiro conectando sus ojos con los míos nuevamente, quizás ahora no lo estaba haciendo con el propósito de manipularme, pero aun así mis neuronas se desconectaron y no lograba pensar claramente.
-A morir, terminaremos estrellados contra un árbol, a ti no te pasara nada, pero a mi de enserio me dolerá- hice una mueca y agregue- y claro que a marearme también.
-¿Acaso crees, que con todo el fuerzo que pongo en protegerte de mi mismo, dejare que un árbol te haga daño?-
-Bueno, no, creo que no- acepte- Pero aun así, el mareo…
-Bella, solo cierra los ojos, no tienes por que temer, no sucederá nada, todo estará bien- Suspire, estaba ganando, no había mas que decir.
-Solo prométeme que le prestaras atención al camino- sonrío complacido y asintió- y que no dejaras que ningún árbol intente matarme-
-Lo prometo- aseguro- ¿estas lista?
-Espero que sea una pregunta retórica- dije provocando su risa y en un rápido movimiento termine colgando de su espalda, enrede mis manos en su cuello con tanto fervor que si el necesitara respirar, creo que seria un problema, mis piernas se afianzaron a su cintura y cerré mis ojos con fuerza aunque aun no había empezado a correr.
-No abras los ojos- me advirtió y hundí mi cabeza en su espalda.
Tenia miedo de abrir los ojos, el me advirtió que no lo haga pero no sabia si estábamos corriendo ya, podía sentir el viento azotarse contra mi cuerpo y mis cabellos desordenarse, pero nada mas, me concentre y creí oír el paso acelerado de los pies de Edward, pero no estaba segura de ello, era como si voláramos, sus pies no parecían tocar el suelo y no nos movíamos bruscamente como debería hacerlo para esquivar los gigantescos árboles o las ramas que se cruzaban en nuestro camino y de las cuales aun ni siquiera había sentido un rasguño.
Unos segundos después creí que nos habíamos detenido, pero no estaba tan segura como para atreverme a mirar.
-No fue tan malo ¿Verdad?- pronuncio esa dulce y aterciopelada voz, levante mi cabeza y vi que estábamos en medio del bosque, rodeados de altos pinos y helechos por todos lados, nos habíamos detenido al fin pero… ¿No se suponía que tendríamos que estar en un claro?
-Creo que fue mejor que la anterior- acepte e intente soltar mis piernas de su cintura sin caer bruscamente en el piso.
Cuando por fin estuve de pie Edward me tendió su mano.
-¿Lista para ver un partido de béisbol al estilo vampiro?- pregunto entusiasmado y yo compartí su sentimiento, asentí tomando su mano, me llevo a su lado bien cerca y me beso suavemente el pelo- Vamos entonces.
Caminamos un poco esquivando helechos y árboles hasta llegar por fin a un enorme claro mucho más grande que un campo de béisbol.
Divise que toda la familia Cullen ya estaba allí, cerca nuestro estaba Esme que parecía esperarnos, con una calida sonrisa en los labios y los demás estaban a lo lejos, tanto que casi no podía verlos, solo parecían estar preparándose para el juego.
Esme se acerco a nosotros velozmente.
-Los estábamos esperando- Sonrío- Espero que disfrutes el juego Bella-
-Estoy deseosa de verlo- Sonreí también y en ese momento Alice se acerco a nosotros corriendo con gráciles movimientos.
-Ya es hora- Anuncio y al instante un ensordecedor trueno sonó en el cielo- Hola Bella- Me saludo con una sonrisa y luego se dirigió a su hermano- ¿Vienes?- Le pregunto y este me miro ami.
-Quiero verte ganar Edward- Pedí mientras le guiñaba un ojo; Río por lo bajo y se alejo con Alice tan rápido que casi no los pude ver hasta que llegaron al lado de los demás.
-Ven- me indico Esme y empezamos a caminar hacia unas rocas planas que estaban más cerca del área de juego, en ese momento pude ver a Carlisle marcando las bases, o eso creía, aunque estaban muy separadas unas de otras.
-¿No jugaras con ellos?- pregunte a Esme con algo de timidez.
-No, ser árbitro me gusta, además de que alguien se tiene que encargar de que no hagan trampa- Rió y la acompañe.
Caminamos bastante, Esme hubiera llegado en segundos, pero se estaba acompasando pacientemente a mi ritmo. Llegamos a donde al parecer eran los límites del campo, note que ya habían formado los equipos.
Alice tenía la bola en su poder y supuse que donde se encontraba era la base de lanzamiento.
Emmett iba a batear, sostenía entre sus manos un brillante bate de aluminio, adopto la pose de bateo y Jasper se situó detrás de él, para atrapar la bola para su equipo.
-Empecemos- Dijo Esme y supe que todos la habían oído a pesar de que hablara en un tono normal, concentro su vista en el juego y yo hice lo mismo- Batea.
Dirigí mi mirada a Alice quien se preparo para lanzar, sostuvo la pelota con ambas manos y la arrojo con fuerza, aunque no estuve segura de ello, porque no pude seguir la trayectoria de esta, pero no parecía que Emmett allá logrado pegarle, fue ese en el momento que me percate de que Jasper sostenía la bola en su mano.
-Strike uno - Murmuro Esme.
Jasper devolvió la bola a Alice y otra vez no pude seguir su trayectoria, ya que al instante en que la lanzaban, esta se volvía invisible, al menos para mis ojos.
Alice se preparo para hacer otro lanzamiento. Esta vez Emmett consiguió golpearla y el sonido del impacto fue tan atronador que se asemejaba a los truenos… En ese instante lo entendí, por eso los necesitaban para jugar.
La bola se perdió en el espeso bosque tan rápido, que creí que no serian capaces de encontrarla nunca.
Emmett se torno una figura borrosa que corría atravesando las bases y Carlisle lo seguía, en ese instante note que Edward había desaparecido.
-¡Out!- cantó Esme y vi como Edward salía del bosque con la bola en su mano para mi gran asombro mire a Esme sorprendida y esta sonrío.
-Emmett será el que batea más fuerte aquí, pero la velocidad de Edward lo iguala bastante- me explico.
Mis ojos no se despegaron ni un segundo del juego, cada instante en que parpadeaba, algo me perdía, era imposible concentrarme muy bien en donde estaba la bola en cada momento pero pude seguir el partido bastante bien, el marcador era muy peleado así que aun no se sabia quien ganaría.
Estaba viendo a Alice nuevamente en la base de lanzamiento con la bola en su mano cuando me di cuenta que se detuvo, a pesar de la distancia, note su expresión confundida y a Edward que le dirigía una mirada de incredulidad, Alice poso sus ojos en mi y antes de que mis ojos pudieran darse cuenta, ella estaba parada frente a mi con el ceño fruncido, me quede algo sobresaltada por su aparición repentina.
-Bella- pronuncio lentamente y pude ver a Edward detrás de ella, refunfuñando y algo enojado- Creo que tu hermano ha venido a buscarte…
-¿Que?- No podía creerlo ¿Hasta que punto llegaría el instinto sobre protector de Ian? Esto ya era demasiado, no iba a soportarlo mas.
-Y tendremos que ir a buscarlo, esta a punto de perderse- Murmuro Edward molesto, ¡Lo sabia! ni siquiera un vampiro lector de mentes podría soportar a mi hermano- Al parecer los mapas no son su fuerte...
-¿Que tan lejos esta? - Pregunte, Edward ya había dejado claro que habría que ir a buscarlo, sabia que era demasiado fácil para alguien el perderse aquí, era un lugar gigantesco lleno de altos pinos, y arbustos, el césped que aun estaba mojado por la lluvia que había cesado solo hace un rato, el apenas lograba ubicarse en el verde de Forks y amenos que quisiera perderlo… No era una mala idea, pero no lo haría, al menos no hoy
-No tanto...- Musito Alice que ya no estaba frente a mí, se había deslizado en algún momento junto a Jasper que se había acercado a ver la escena con una expresión divertida.
-En tiempo humano por favor- Pedí haciendo que Alice riera, ¿Por que sentía como si fuera algún entretenimiento para ellos? Sabía perfectamente la respuesta, era una humana… y bastante patosa.
-A unos 10 minutos- Dijo Edward con su vista perdida entre los gigantescos robles, al instante pude sentir su brazo rodear mi cintura, empujándome suavemente para que siguiera su paso- Vámonos ya o tu hermano terminara en Seattle antes de que se de cuenta.
-Tu no vendrás- Pronuncie parándome en seco, mirándolo directamente a sus ojos, sus hermosos ojos dorados que me hacían perder la razón, con un destello de sorpresa y confusión en ellos.
-¿Por que no, Bella? Después de todo en algún modo también estoy implicado en esto; No permitiré que mi novia vague sola por ahí, no te imaginas las cosas que podrían pasarte si no estoy contigo -Dijo con un deje de histeria en su voz, hablaba tan rápido que mis oídos apenas habían podido diferenciar una palabra de otra, ¿Me parecía a mi o estaba rodeada de sobre protectores? - Voy a ir contigo, tu hermano no cambiara de opinión solo porque este allí Bella.
-Si lo hará, no quiero que vengas conmigo, no puedes, tengo que hablar con él a solas-
-Bella, escúchame bien, no voy a dejarte andar por aquí sola-Dijo empleando el poder de sus ojos sobre mi. Sabia perfectamente lo que se disponía a hacer, pero no iba a dejarme manipular de nuevo. Este era un juego que ambos podíamos jugar.
-Por favor Edward, si no hablo ahora jamás podré hacerlo, Ian tiene que entender que estoy bien contigo, que te amo solo a ti, y que puedo cuidarme sola- Dije mirándolo fijamente a los ojos, estuve apunto de hacer un puchero, pero no era mi estilo y mientras él enarqueaba una ceja- Y si, si puedo ir sola- Le asegure, y comenzaba a enfadarme, sabia perfectamente cuanto odiaba que me recordaran que solo era una frágil y débil humana- ¡Por favor! – Le roge.
Edward dudo un momento, pero se rindió, me mostró el camino por el cual debía ir, algo inseguro, de que no fuera por donde debería ir.
Comenzaba a pensar que esos diez minutos los cuales dijo Alice solo eran para mí, porque tropezaba a cada instante y ella lo sabía. El cielo volvió a teñirse de gris lamento, era claro que la lluvia me cubriría en cualquier momento. El rocío aun no se había esfumado de este lugar, caminaba entre los arbustos y enredaderas, que colgaban de los altos y viejos robles, ya comunes de aquí, cuando logre divisar una cabellera del mismo color que la mía, un silueta de espaldas a mi, sujetando algo entre sus manos. Ian no estaba tan lejos como pensaba. Este volteo automáticamente, encontrándome con los verdes ojos de mi hermano fijos en mi y abrió su boca para hablar.
-¿Por que estas aquí?- Dije furiosa mientras Ian solo hacia indiferencia a mi estado y me aproxime a él, hasta quedar frente a frente.
-¿Por que mas lo estaría? ¡Estaba buscándote! - Soltó molesto, apretujando entre sus manos el mapa, arrugándolo completamente- ¡¿Tienes una idea de cuanto tiempo he estado caminado tratando de hallar ese maldito claro?!
-No tenias porque hacerlo, te dije perfectamente que llegaría tarde- Dije también elevando mi tono de voz.
-¿Enserio?... no recuerdo esa parte -Dijo en un falso tono inocente, haciendo que me enfureciera aun mas.
-¿Como es que llegaste aquí?- Pregunte tomándolo desprevenido.
-Ese no es el punto, Bella - Dijo dando vuelta los ojos- Vámonos ya de aquí, necesito darme una ducha...-Pronuncio tomándome por la muñeca, estrechándome contra él que caminaba rápidamente esquivando todos los arbustos y maleza que se interponían en su camino
-No iré- Sentencie parándome en seco y zafando mi muñeca de su mano.
Note como me miraba de una forma asesina, cuando su expresión cambio de repente por alguna razón, sus ojos se abrieron como platos fijos en mi o más bien detrás de mí.
Voltee inmediatamente, para ver lo que el. Tres hermosas figuras se posaron frente a nosotros dos hombres y una mujer; Permaneciendo a solo unos metros de nuestra posición... Lo supe al instante, vampiros.
Cerraron filas conforme avanzaban con cautela hacia donde nos hallábamos mostrando el natural recelo de una manada de depredadores ante sus potenciales presas. Su paso era gatuno, andaban de forma muy similar a la de un felino al acecho. Sus ropas se veían deshilachadas por el uso e iban descalzos. Los hombres llevaban el pelo corto y la rutilante melena pelirroja de la chica estaba llena de hojas y otros restos del bosque. El que supuse seria líder era sin duda el más agraciado, con su piel de tono oliváceo debajo de la característica palidez y los cabellos de un brillantísimo negro, era de constitución mediana, musculoso, por supuesto. Esbozó una sonrisa divertida que permitió entrever unos deslumbrantes colmillos blancos.
La mujer tenía un aspecto más salvaje, en parte por la melena revuelta y alborotada por la brisa. Su mirada iba y venía incesantemente de un lado a otro, sobre todo a Ian que ahora estaba a mi lado, no me había percatado en ningún momento de ello, al instante pude sentir como tomo mi mano nuevamente, a pesar de que no lo sabia, el pudo sentir el miedo característico de la presa.
El segundo hombre, de cabellos dorados, era bien fornido. Sus labios formaron casi de una manera automática una sonrisa cruel que surco su rostro hasta estos instantes. Sin embargo, su mirada era de una calma absoluta, pero... sus ojos eran diferentes a los Cullen. No eran dorados o negros, como había de esperar, sino de un intenso rojo fuego, con una tonalidad perturbadora y siniestra.
Cuando la mujer pelirroja, se acerco peligrosamente a nosotros, el miedo se había apoderado de mi, apreté fuertemente la mano de Ian, que parecía hipnotizado por aquella mujer.
Al instante una ráfaga de viento azoto mi rostro, unos helados brazos me envolvieron, pude sentir una gélida respiración sobre en mi nuca, logrando que me paralizara por completo...
~Dedicado a mi Melocoton ^^ Felices 15!!~ Frutti*~
17 de junio de 2010
El Claro
Creado por Flora...* en 10:45 p. m.
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